La Torre dels Bous

Historia

La Torre dels Bous es uno de los elementos más emblemáticos del recinto amurallado de Hostalric.

Construida en el siglo XIV, esta torre formaba parte del conjunto defensivo de la villa medieval, una de las mejor conservadas de Catalunya. Su función principal era la vigilancia y defensa del flanco oeste de la muralla, en un punto estratégico que dominaba el acceso norte al pueblo y el valle del Tordera.

El nombre "Torre dels Bous" proviene de su proximidad con la Plaza dels Bous, un espacio histórico donde antiguamente se realizaban actividades vinculadas a la ganadería, como la feria de ganado. Aun así, la torre ha sido conocida con distintos nombres a lo largo de los siglos y ha sufrido múltiples transformaciones, tanto estructurales como de uso.

Durante siglos, la torre desempeñó un papel clave en la protección del núcleo urbano. Con muros de piedra de gran grosor, saeteras y acceso restringido, sirvió de bastión en diversos episodios conflictivos, incluidas las guerras carlistas y la Guerra de la Independencia. Con el paso del tiempo, sin embargo, su función militar quedó en desuso y, como muchas construcciones defensivas, entró en una etapa de degradación.

Afortunadamente, el interés patrimonial por Hostalric y su muralla creció a finales del siglo XX, y la Torre dels Bous fue declarada Bien Cultural de Interés Nacional. Este reconocimiento facilitó su conservación y posterior rehabilitación.

La reforma reciente, culminada en el año 2025, ha transformado la torre en un espacio único de alojamiento turístico. Con una intervención cuidadosa y respetuosa con su arquitectura original, se han adaptado los interiores para ofrecer apartamentos modernos, cómodos e integrados en un entorno patrimonial de gran valor histórico. El objetivo ha sido hacer convivir el carácter monumental del edificio con un uso contemporáneo, dando nueva vida a un espacio que forma parte de la memoria colectiva del pueblo.

Hoy, alojarse en la Torre dels Bous es mucho más que pasar la noche en Hostalric: es vivir dentro de la historia. Los visitantes pueden disfrutar de un entorno incomparable, con acceso directo al recinto amurallado, vistas a la villa medieval y a pocos pasos del castillo. Una experiencia inmersiva que combina patrimonio, comodidad y autenticidad en el corazón de la comarca de la Selva.